DE VARONES Y LÁGRIMAS (VIAJE AL CENTRO DEL LLANTO II)

                                       Ángeles Boix y Encarna Lorenzo


    Esta entrada es la segunda parte en la que publicamos el material que usamos para nuestra entrevista en el programa de Radio Nacional, Viaje al Centro de la Noche emitido el día 28 de enero de 2018,  cuyo podcast podéis escuchar en el siguiente enlace:
http://www.rtve.es/alacarta/audios/viaje-al-centro-de-la-noche/viaje-centro-noche-viajamos-llorando-2-28-01-18/4438105/
La primera parte podéis leerla en este link: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/01/viajamos-al-centro-del-llanto.html

*Las nuevas masculinidades: Los hombres fuertes también lloran.

      En la primer parte de esta entrada  ya adelantamos que la normatividad del llanto es un producto cultural, donde se expresa cuándo se debe llorar, en qué circunstancias, y sobre todo, quién debe hacerlo. Porque el llanto ha sido un considerado una expresión femenina, al menos en nuestra cultura, en la que el lema "los hombres no lloran" ha sido parte importante de nuestro bagaje colectivo.

      Sin embargo, no siempre fue así. En la antigua Grecia, el llanto masculino era un hecho que no rebajaba la masculinidad de los hombres que lloraban, tal como podemos observar en La Ilíada, en el conmovedor pasaje en el que Príamo va a la tienda de Aquiles a suplicarle que le devuelva el cadáver de su hijo, Héctor, para poder darle la sepultura que merece, y así permitir que descanse en paz.

     "Respeta a los dioses, Aquiles y apiádate de mi, acordándote de tu padre; yo soy aun más digno de compasión que él, puesto que me atreví a lo que ningún otro mortal de la tierra: a llevar  a mis labios la mano del hombre matador de mis hijos".

   Así habló. A Aquiles le vino el deseo de llorar por su padre, y cogiendo la mano de Príamo, le apartó suavemente. Los dos lloraban afligidos por los recuerdos: Príamo acordándose de Héctor, matador de hombres, derramaba copiosas lágrimas postrado a los pies de Aquiles; este las vertía, unas veces por su padre y otras por Patroclo; y los gemidos de ambos resonaban en la tienda"
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      Sin embargo, en Roma encontramos ya un cambio en esta costumbre: los paterfamilias son graves y no lloran en público; en los funerales de los familiares se pagaba a las plañideras para que lo hicieran , constituyendo así una marca de status.

       El cambio se debe fundamentalmente a la diferente concepción política, que conlleva una nueva concepción del hombre y de sus virtudes. El ciudadano romano está sujeto a unos códigos de normas más estrictas, y la virtud mejor considerada para el ciudadano romano es la gravitas, la seriedad y circunspección de aquel que imparte justicia en su propia familia y debe ser escuchado. Por ello, no le está permitido mostrar su dolor en público.

       Otro elemento que influye en este comedimiento del romano y de la sujeción de sus manifestaciones emocionales es el profundo arraigo que la ética estoica tuvo en la Antigua Roma. El estoicismo es una escuela moral que propugna que la felicidad del individuo consiste en aguantar todo lo que la vida nos depare mostrándonos impasibles. Según los estoicos, hay un destino inexorable, y por ello, el auténtico sabio es el que busca la ataraxia o serenidad, imperturbabilidad del ánimo, y por lo tanto, el control de las emociones.

     Esta filosofía arraigó en el mundo romano y en todos los estratos de la sociedad, siendo cultivada tanto por emperadores (Marco Aurelio o Adriano), por ciudadanos libres e ilustres (Séneca), e incluso por esclavos libertos (Epícteto). Para saber algo más acerca de esta corriente filosófica, puede dirigirse a esta entrada: http://laperla-whynot.blogspot.com.es/2017/01/seneca.html


      Será en la época victoriana cuando esta gravitas y seriedad romana se convertirá en la etiqueta que define no solo a la época, sino lo que de ella sobrevivirá a lo largo de las décadas. La Inglaterra de mediados y finales del siglo XIX, dominada por el reinado de Victoria,vive una época de profundas transformaciones económicas y sociales que calarán en las personas que vivieron y son responsables de los cambios culturales que conllevaron aquellas. Además, dado el carácter colonial e imperialista del país, sus valores se extendieron a lo largo y ancho del mundo, llegaron a calar en el imaginario cultural occidental.  Entre estos valores que constituyen la cultura victoriana destaca la seriedad ("eartnest") del caballero que da su palabra y no necesita más garantía para saber que va a cumplir su parte del trato, la seriedad del trabajador incansable y proveedor para su familia, la seriedad del ciudadano que asume su parte de responsabilidad política , y la seriedad del ciudadano británico que siente que debe llevar la luz de la razón, la ciencia y el progreso a todos los lugares del orbe, incluso a costa de arrancar a pueblos enteros de sus sistemas sociales, políticos y jurídicos para hacerlos entrar en "la luz de la civilización".

            Es esta época además en la que se consolidan dos esferas totalmente separadas entre lo masculino y lo femenino: lo masculino es lo exterior , la actividad laboral y política, el mundo de la razón y la ciencia; el mundo femenino es el mundo interior, la actividad doméstica, la emoción y la enfermedad mental que se achaca al desplazamiento del útero por el cuerpo (histeria). En esta división, el llanto, expresión de emociones, es esencialmente femenino, y por ello, los hombres "no deben llorar", a menos que vean menoscabada su masculinidad.


        Sin embargo, y a pesar de toda esta construcción de la masculinidad en nuestra cultura a lo largo de los siglos, ha habido una parte de ellos a los que les ha estado permitido llorar, literal o figuradamente, y además, hacernos llorar. Ellos son los poetas, ya que la poesía es la expresión de las emociones mediante el lenguaje bien utilizado. Y dentro de la poesía, las elegías son una parte muy importante de la literatura en cualquier lengua. Pensemos, por ejemplo, en la magnífica "Elegía a Ramón Sijé", del poeta oriolano Miguel Hernández:

      "Yo quiero ser llorando el hortelano
        de la tierra que ocupas y estercolas,
        compañero del alma, tan temprano....
        (...)
        No hay extensión más grande que mi
        herida,
        lloro mi desventura y sus conjuntos...

Aquí os pongo un enlace para ver la elegía completa: http://www.dmae.upct.es/~gabi/images/PoemasMiguelHernandez.pdf

     El antropólogo Marcel Mauss señala al cuerpo como un objeto técnico, ya que sobre él se ejerce todo un mundo de técnicas (cultura), y por ello, igual que se construyó el mito del hombre fuerte que controla sus emociones, a partir de los años 70 del siglo XX, junto a estudios y movimientos feministas surge el movimiento MEN'S LIBERATION, que señala que los roles sexuales oprimen por igual a hombres y mujeres. Entienden la masculinidad como un constructo social, en la línea argumental ya expuesta por Margaret Mead en Sexo y Temperamento  o Coming of Age in Samoa (más información sobre esta antropóloga en https://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/07/margaret-mead-en-la-teoria-antropologica.html).  Así, desde finales de los años 80, y ya más entrado el siglo XXI es más frecuente ver a los hombres llorar y manifestar sus emociones.

     Un elemento que ha llevado a armonizar al hombre con el llanto ha sido la eclosión y expansión de experiencias religiosas cercanas al revival que se dio en América a finales del siglo XVIII y el siglo XIX, protagonizadas por movimientos episcopalianos, pentecostitas o New Age, en todas las cuales la vivencia emocional es intensa. Nicolás Viotti , en su trabajo "Los hombres también llora. Masculinidad, sensibilidad y etnografía entre católicos emocionales porteños" explora las experiencias religiosas que llevan a hombres a llorar desinhibidamente dentro de los círculos católicos de Buenos Aires y en experiencias de Talleres de Cura Interior y  Comunidades Carismáticas Nueva Era, y concluye que estas experiencias se podían resumir en dos grandes bloques:

1.- Llanto como manifestación de que el Espítritu Santo ha entrado en ellos, cuando notan que se ha fundido con su ser.

2.- Al purificarse o librarse de un trauma, una herida, una culpa. En este caso, el llanto se produce a partir de una salida, y sería muy similar a la catarsis, de la que ya hablamos en la primera entrada en este blog sobre el tema del llanto. http://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/01/viajamos-al-centro-del-llanto.html.


      Como podemos observar, el llanto y las lágrimas son un hecho liminal, que conecta nuestro interior y exterior, y se produce tanto cuando nos llenamos de experiencias positivas como cuando nos vamos liberando de ciertos lastres.

*El llanto en otras culturas.

       Lo que hasta ahora hemos afirmado acerca del llanto no es una realidad inamovible y extendida transculturalmente, ya que la forma de vivir e incorporar las emociones a la vida social es muy variada, y el llanto es un hecho que admite muy diferentes concepciones y prácticas.

     Los Andamaneses, habitantes de raza Negrito estudiados por A. R. Radcliffe- Brown a principios del siglo XX, de las Islas Andaman, en el Golfo de Bengala son un ejemplo de cómo el llanto tiene un significado muy extenso y diferente al que le conferimos en nuestra cultura.

    Los Andamaneses son una sociedad cazadora - recolectora, y uno de sus alimentos principales es la miel. La importancia del mismo es tal que, el nombre de las jóvenes cambia, cuando entran en la menarquía, y hasta que dan a luz a su primer retoño, al de la flor que en ese espacio de tiempo es libada por las abejas; es un nombre de miel ( información de un estudio de Ignasi Terrades , de la Universidad de Barcelona). En este punto, encontramos una primera manifestación de llanto ritual: el padre de la joven tiene que llorar ante este anuncio. La joven tiene ahora un estado civil que se corresponde con una estación natural. Esta joven tiene un papel fundamental en la cultura andamanesa, ya que son ellas las que van a conferir status social y jurídico a los varones, ya que estamos hablando de una sociedad matrilineal y matrifocal.


        Un joven andamanés adquiere personalidad social cuando pasa por el rito del llanto de la esposa. La ceremonia consiste en que los dos jóvenes vayan a un abrigo del bosque, construido por el suegro de la joven, y pasen allí dos noches. En este tiempo, la esposa tiene que llorar con tanto vigor e intensidad que este sea el recuerdo más indeleble para el joven esposo, un recuerdo que tendrá presente en los momentos difíciles para encarar la adversidad. El recuerdo del llanto es el vínculo emocional entre ambos, y el talismán protector del hombre, aunque tras la ceremonia ambos esposos no duerman juntos.
      Los Andamaneses también lloran en los saludos entre dos amigos al encontrarse, en el recurso de los fallecidos con los huesos de los antepasados en la mano, en las reconciliaciones y en todas las despedidas, incluidas las bodas.


      En otra parte del mundo, en Mesoamérica, también hay una tradición de llantos que nos pueden resultar curiosa a nuestros ojos occidentales. La cultura a la que haremos referencia es la Nahua de México. Los Nahuas son un conjunto de grupos aborígenes de Mesoamérica que comparten la lengua Nahuatl, que desde el siglo XV se refiere a las gentes de Tenochtitlan. Para los Nahuas, el llanto es una forma de mostrar humildad y dialogar con los dioses, no como súplica , sino de una forma más amplia, como el lenguaje que une a humanos y divinos. Se trata en este caso de un llanto religioso o ritual.


      Hay que llorar con humildad y tristeza ente Tezcatlipoca para conseguir una buena vida y mantener alejada la pobres. A él debían llorar los gobernantes en su ceremonia de subida al trono.

    También hay llanto ritual en las ceremonias de la lluvia Sahagún, con el sacrificio de niños, cuyo llanto es un sonido parecido al de la lluvia, y se usa como una especie de magia simpática; también lo hacen en la fiesta de la cosecha, cuando la gente llora con profusión. En el caso del sacrificio de muchachas jóvenes, sin embargo, se tenía como una señal de mal augurio que la joven llorara.

    Además de estos rituales, los nahuas también lloran en otras ocasiones:

1.- Cuando ingieren hongos alucinógenos y chocolate.

2.- Durante las crisis políticas.

3.- Durante las separaciones  (bodas y funerales principalmente).

4.- Como señal de alivio tras el cumplimiento de una profecía.

5.- Como remordimiento o amonestación.
  

*El llanto como lenguaje simbólico en el arte


El llanto está muy presente en la literatura, que por una parte es reflejo de la sociedad en la que se crea pero, por otro, también ayuda a modelar nuevos comportamientos, actuando como un importante factor de cambio social. Por citar solo algunos ejemplos, en Cervantes encontramos una manifestación de la tradicional misoginia que se pone en directa conexión con las lágrimas femeninas, como podemos observar en los consejos que Don Quijote dirige a Sancho cuando éste se dispone a asumir sus funciones de gobernador de la Insula Barataria: "Si alguna mujer hermosa viniese a pedir justicia, quita los ojos de las lágrimas y los oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que te pide, si no quieres que se anegue la razón en su llanto". Cervantes denuncia aquí la estrategia de los débiles para la supervivencia: la belleza, acompañada de lágrimas y gemidos, son argumentos tan poderosos que ningún hombre sería capaz de resistirlos. 
El atormentado Werther en la ópera de Massenet
En cambio, Las penas del joven Werther, de Goethe, en 1774, produjo una revuelta prerromántica que barrió toda Europa dando paso a una nueva sensibilidad masculina. Se trataba de la historia de amor imposible de Werther que, por honor y amor, acaba quitándose la vida. Esa extraordinaria novela causó tal impresión en su época que no solo dejó huella en la historia de la moda, con una legión de jóvenes vestidos, como su héroe, con casaca azul, chaleco amarillo, pantalones rojos y chistera, sino que también causó una auténtica conmoción psicológica colectiva, con una epidemia de llantos y suicidios. También cabe resaltar el gran uso que hicieron las publicaciones seriadas de la tendencia al llanto de los lectores, entre ellas novelas como Oliver Twist de Charles Dickens, publicada entre 1837 y 1839, con su denuncia de los excesos de la revolución industrial, o La cabaña del Tío Tom de Harriet Beecher Stowe, publicada entre 1851 y 1852, con una declarada finalidad abolicionista. Estos autores dosificaban los episodios dramáticos para mantener enganchados a los lectores semana a semana y provocar una importante respuesta por parte del colectivo social. Sin duda los periódicos conocían y aprovechaban la propensión al llanto de los lectores y lectoras decimonónicos, que debieron de hacerse adictos a los opioides naturales que contienen las lágrimas ya que pueden llegar a crear adicción. Hollywood tampoco ha andado lejos de esas fórmulas de comunicación tan eficaces, como en los grandes melodramas de Douglas Sirk en los años 50. Y la literatura sentimental sigue aprovechando el tirón de las lágrimas entre las lectoras para continuar cosechando grandes éxitos.También musicales tan sólidos como Billy Elliot combinan crítica social, el emotivo recuerdo de los que ya no nos acompañan y el inextinguible sueño de triunfar para arrancar a todos los espectadores un buen montón de lágrimas. Y es que se trata de una fórmula artística que, adecuadamente dosificada, nunca falla.


En cuanto a las artes plásticas, no podemos pasar por alto que el llanto está muy presente en la Biblia pero más en particular en el Nuevo Testamento. Jesús llora por la muerte de su amigo Lázaro,o por la suerte de Jerusalén. Igualmente llora María Magdalena, San Pedro después de negar tres veces a Jesús y, sobre todo, la Virgen dolorosa, fuente de todas las lágrimas. Ese llanto, tan importante desde la óptica del fenómeno religioso cristiano, expresa compasión, dolor, arrepentimiento. y perdón. Siendo la Iglesia el principal cliente para muchos artistas, no es extraño que en la pintura y la escultura tuvieran reflejo constante estos temas, especialmente con la Contrarreforma, que otorgaba corporalidad, por medio del arte, al sentimiento más patético. En la imaginería barroca, en particular, con la Pasión en movimiento por las calles de las ciudades, estuvieron muy presentes las lágrimas, como en la maravillosa Virgen Dolorosa de Salzillo, o en el Cristo en la cruz o en los apóstoles, en las obras de tantos magníficos escultores que nos han legado un arte pleno de emoción humana. Y es que, para dar más naturalidad a esas lágrimas, se elaboraban con cristal. Los pasos procesionales conseguían despertar, con todo ese cortejo de detalles naturalistas, la com-pasión de los fieles, el pathos que les permitía identificarse con estos episodios tan dramáticos de la vida de Jesús. 

*El llanto en la sabiduría popular: Dichos y refranes. ¿Cómo crean clichés y condicionan nuestro comportamiento?
En el habla popular son muy habituales las expresiones en las que se utilizan las lágrimas como referente. Así, por ejemplo, ser un "paño de lágrimas" define a una persona que tiene una gran capacidad para escuchar y confortar a quien le relata sus penas, lo que resalta el valor social de la empatía. Otras expresiones muy generalizadas en otros tiempos pero que quizá hoy se encuentren ya desfasadas, se reúnen en torno al campo semántico religioso, como es el "valle de lágrimas", un lugar real en Israel pero que se utilizó largamente como metáfora de la vida como lugar de sufrimiento, en abierto contraste con la felicidad eterna en el Paraíso y que es reflejo de la dualidad platónica entre el mundo real y el mundo de las ideas. Igualmente, "allí habrá llanto y rechinar de dientes", una expresión que utiliza Jesús en diversas ocasiones en el Nuevo Testamento y con la que se refiere al infierno pero con la que nosotros aludimos a situaciones desagradables. El llanto se expresa en imágenes muy gráficas, que reflejan intensidad emocional, como "llorar a moco tendido", "a lágrima viva" o "como una magdalena", es decir, exageradamente. Hay algunas frases que eran de uso muy frecuente antaño, como "quien bien te quiere te hará llorar", que aparece citada entre los múltiples refranes del Quijote, y que se aplica a las correcciones necesarias de los padres a los hijos para asegurar su buena educación, aunque muchas veces se ha mal entendido como una justificación del castigo físico o de una pedagogía autoritaria. Pero para mí el refrán estrella es "quien no llora no mama", toda una declaración de pragmatismo. Los niños reclaman a sus madres el alimento y el cuidado y por ello, quien quiere conseguir algo, debe hacerse notar, pedirlo repetidas veces e incluso despertar la compasión. Amaya Prieto nos brindó un bonito ejemplo más: "los amores entran riendo y salen llorando".
*El llanto mágico:
-El llanto de los dioses y la perturbación de la Naturaleza. El poder sanador de la risa.
En la mitología, el llanto se utiliza como una metáfora para expresar las perturbaciones en la naturaleza. Así, en Egipto el dios padre Ra, el sol, disgustado, abandona el cielo, amenazando con una catástrofe cósmica. Por ello, su hija Hathor, la diosa del amor y de la alegría, realiza un gesto ritual apotropaico para retornarlo a su lugar. Ese gesto es la anasyrma, la exhibición de los genitales que, causando la risa, permuite devover el equilibrio del medio natural. La teóloga y antropóloga Caterina Jacobelli utiliza otros ejemplos en los que también sucede así. En Grecia, la diosa Demeter, protectora de la agricultura, desolada porque su hija Perséfone ha sido secuestrada por Hades, que la retiene en el inframundo, muestra su duelo con tan gran dolor que mueren los cultivos. Por ello su criada Baubo decide que la única solución es provocar la risa de la diosa con un gesto obsceno, que hace que Demeter recupere la alegría y, con ello, retorna la primavera. Los elementos presentes en este mito se repetían en los ritos del Eleusis para propiciar la fertilidad animal, agrícola y humana.
 

El mismo esquema llanto-risa se encuentra presente en un mito asimilar en Japón, el de la diosa Amaterasu, cuyo llanto cubre al mundo de tinieblas, haciendo insoportable la situación. Por eso, los demás dioses se confabulan para provocar la risa salvadora con gestos obscenos. Jacobelli también considera que el mismo mitema es el origen de la costumbre medieval y barroca de la risa pascual, el Domingo de Pascua, un gesto mágico para espantar al poder de la muerte y para reforzar la resurrección de Jesús, evento mítico al que se equipara el renacimiento de la naturaleza. (Podéis leer más sobre la risa pascual en esta entrada: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2017/04/la-risa-de-los-dioses-y-el-despertar-de.html)
-El don de lágrimas de los santos
Otro ejemplo de carácter místico que atribuimos a las lágrimas es el don de lágrimas que, de acuerdo con sus propias confesiones, experimentaron San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús o San Josemaría y que es expresión de una gracia sobrenatural. Como diferencia respecto de las lágrimas emocionales ordinarias, este llanto místico no provoca una alteración de los músculos faciales y es más frecuente y más intenso porque expresa una experiencia unitiva con Dios. Otra diferencia reside en su efecto beneficioso para el destinatario.
-La poderosa metáfora de la lágrima
Mientras que el llanto puede tener connotaciones negativas, las lágrimas siempre son ejemplo de belleza y perfección. Por eso en China llaman al jade las lágrimas de Buda. Los romanos creían que el ámbar, que utilizaban como un valioso amuleto por atribuirle propiedades protectoras, eran lágrimas arrancadas al dios Sol. También entre los incas, la preciada plata era considerada como las lágrimas de la luna, y la idílica isla de Bali se conoce como la lágrima de la India. 



Las lágrimas de San Lorenzo, el mártir cuya festividad se celebra el 10 de agosto, es el nombre popular que reciben las Perseidas, una lluvia de estrellas fugaces visible en esa fecha y que es quizá el más hermoso regalo que nos brinda el universo. Las lágrimas son también una de las herramientas más expresivas de un tipo de magia verbal, la poética, porque evocan la belleza y la perfección, especialmente cuando se muestran como el fruto de las penas de amor. El poema de las lágrimas de Lord Byron es todo un ensayo lírico acerca del valor y la nobleza de los distintos tipos de lágrimas. Podéis leerlo en este enlace: http://www.mundopoesia.com/foros/temas/el-poema-de-las-lagrimas-lord-byron.423777/

*Algunas conclusiones

        Una vez que hemos "viajado llorando", espoleadas por la propuesta de Amaya Prieto, hemos podido sacar algunas conclusiones interesantes acerca del llanto.

         El llanto es un fenómeno cultural al que prestamos mucha menos atención que la risa, probablemente porque lo asociamos al dolor y, por ello, en nuestra hedonista sociedad, asignamos a este polo del binomio un mayor disvalor. Sin embargo, en cuanto dirigimos nuestra mirada curiosa alrededor, lo vemos aparecer por todas partes: en el arte, en el lenguaje, en nuestro ser y estar en el mundo. Esa omnipresencia es la que justifica que os hayamos invitado a acompañarnos  en este apretado paseo por la historia cultural, por el tiempo y el espacio, y desde la naturaleza a la cultura.

          El llanto es un acto de liminalidad, de conexión entre el interior y el exterior, que marca la diferencia entre géneros y entre culturas, y hasta formas de vivir la religión.  El carácter liminal del llanto se intuye desde el mismo momento en el que vemos que es nuestra primera forma de interactuar con el mundo en el que acabamos de entrar, y es con lo que se nos despide al marcharnos del mismo.Es una "puerta de doble gozne" (tal como expresaba Parménides la entrada a la morada de la diosa que le enseñará el camino de la verdad ) que nos hace sentirnos conectados a la realidad del mundo racional y normativizado, y al mismo tiempo, a lo más íntimo y profundo de nuestro ser emocional.

Bibliografía consultada:
-Calixto, Eduardo: Llorar nos hace humanos.Web.11-1-2018.
-Coria, Javier: Plañideras.Web.11-1-2018.
-Flintoff, Jean-Paul: Why we cry.30-8-2003.Web.11-1-2018.
-Jarrín Hernández, Elena: Dacriopsicología: Estudio sobre el origen y clasificación del llanto.2011. Tesis doctoral. Universidad de Alcalá de Henares. Web. 12-1-2016.
-Majluf, Alegría: Llanto del adulto. Revista de Psicología de la PUCP, 1998. Web.26-1-2018.
-Sanz, Elena: Fisología y neurociencias del llanto. 11.2-2015.Web.11-1-2018.

- Terrades Saborit, Ignasi: https://revistas.ucm.es/index.php/RASO/article/download/RASO0404110253A/9627   14/02/18.  
-Valtierra, Ana.Plañideras. Iconografía de las profesionales del llanto funerario.Web. 17-1-2018.
-Qué es el don de lágrimas y cómo se experimenta.Web.11-1-2018.
-Wikipedia: entradas sobre Plañideras, Lacrimatorio, Funeral y Llanto.Web.11-1-2018.

Comentarios

  1. He echado de menos aquello de "lloró más que Jeremías". Felicidades por la entrada.

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  2. Pues sí, también es una expresión estereotípica. En la Biblia se llora muchísimo.Un montón en el Antiguo Testamento, como paradigmáticamente sucede con el llamado profeta del llanto, Jeremías, rituales conforme a los cuales los sacerdotes debían llorar en señal de penitencia y para la purificación. Pero es que en el Nuevo Testamento hay también lágrimas en abundancia: Jesús, Pedro, María, Magdalena, la pecadora...Y tiene una valoración muy positiva.Es un tema digno de estudio.

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  3. En torno a las nuevas masculinidades, en una entrevista a Chimamanda Ngozi le preguntaron por qué es necesario cambiar la educación de los chicos y contestó que la forma en que construimos la masculinidad es nefasta para los niños.Hacemos que se sientan avergonzados de sí mismos cuando lloran y debería ser al contrario.¡Que se avergüencen de esconder sus emociones!

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  4. Hoy me he encontrado con una información que creo que está muy bien compartir aquí. Un refrán griego dice que solo las mujeres que han lavado sus ojos con lágrimas pueden ver con claridad. Pero Pedro Almodóvar, en Todo sobre mi madre (1999) subvierte ese planteamiento porque la protagonista, Manuela, que interpreta Cecilia Roth, lloró hasta agotarse el día que un coche arrolló a su hijo. Y, en lugar de verlo más claro, todo se confunde en su mente.Ahí empieza su viaje. Es una película que me encanta. espero que a vosotros también.

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