ROGER BARTRA: TRASPASANDO LÍMITES
Roger Bartra Murià nació en 1942 en México, donde se exiliaron sus padres, escritores catalanes, tras la guerra
civil española. Bartra estudió Etnología en la
Escuela Nacional de Antropología e Historia de
México. Inició la carrera de Arqueología y ostenta un doctorado en Sociología por la Sorbona,
pero ha dedicado sus mayores esfuerzos a la antropología social. Trabaja en el
Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México desde
1971, y ha sido profesor investigador y visitante
en diferentes universidades de su país y en el
extranjero: la Pompeu Fabra de Barcelona, el Paul Getty Center de Los Ángeles,
John Hopkins, California y Wisconsin. Le debemos más de una veintena de libros, entre los que se incluyen títulos tan
destacados como El salvaje ante el espejo (1992), Las redes imaginarias del poder político (1996), o Cultura y
melancolía: las enfermedades del alma en la
España del siglo de Oro (2001).
Es
un autor tan claro y accesible para el lector profano como lleno de ideas sugerentes
para los especialistas, con una finura excepcional para detectar las líneas ocultas en temas de reflexión contemporáneos y para dar respuesta a problemas tradicionales. Un ejemplo claro es su
brillante análisis del mito del salvaje. Esta figura, omnipresente en la cultura
occidental, desde los centauros y cíclopes griegos
a los faunos romanos o el hombre selvático medieval,
constituye en realidad una proyección del hombre
civilizado, un doble, el Otro, nuestro yo reflejado en el espejo deformante a
lo largo de la historia occidental, que ha servido de contrapunto para los
avances del progreso. A medio camino entre el hombre y la bestia, siempre ha
sido contemplado como una amenaza contra el orden establecido.Tenéis un análisis bastante completo sobre el salvaje en este enlace:http://anthropotopia.blogspot.com.es/2014/06/wilder-mann-el-hombre-salvaje-europeo.html
Un mito tan potente se encuentra en constante mutación y para el autor es fuente de enseñanzas vitales, al mostrarnos las posibilidades alternativas a cómo hemos ido construyendo nuestra identidad. En contra de lo que podría pensarse, pues, el salvaje no es una figura generada por el contacto de los europeos con los nativos en el Nuevo Mundo o en Africa, sino un mito previo que arrastraron allí los conquistadores. En Robinson Crusoe y los mitos de la Ilustración ( http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/11/robinson-crusoe-y-los-mitos-de-la.html) tenéis referencias al análisis de Bartra respecto a la figura del buen salvaje, como fruto de la dominación colonial.
Un mito tan potente se encuentra en constante mutación y para el autor es fuente de enseñanzas vitales, al mostrarnos las posibilidades alternativas a cómo hemos ido construyendo nuestra identidad. En contra de lo que podría pensarse, pues, el salvaje no es una figura generada por el contacto de los europeos con los nativos en el Nuevo Mundo o en Africa, sino un mito previo que arrastraron allí los conquistadores. En Robinson Crusoe y los mitos de la Ilustración ( http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/11/robinson-crusoe-y-los-mitos-de-la.html) tenéis referencias al análisis de Bartra respecto a la figura del buen salvaje, como fruto de la dominación colonial.
La figura del salvaje ha
seguido evolucionando en nuestro mundo contemporáneo: Frankenstein, Tarzán, y otros muchos superhéroes de la cultura popular,
que ya no habitan en islas desiertas ni en la selva sino en ciudades hipermodernas. Para Bartra, estilo
punky, con sus ropas, complementos, tatuajes y piercings,
apunta hacia un nuevo salvaje cibernético. De esos fascinantes
cambios del salvaje en la modernidad se ocupa en El salvaje artificial,la segunda parte de El salvaje en el espejo. Ambas obras a parecieron editadas en un
mismo volumen, en 2012, con el título El
mito del salvaje.
El autor se ha
pronunciado de manera crítica contra
los excesos del estructuralismo y del funcionalismo, que dominaban el panorama doctrinal
durante su periodo francés. Para él, esas tendencias arrastraron a la antropología hasta el fondo de una cueva, de la que Bartra ha
pretendido rescatarla haciendo uso de la tradición erudita de Sir George James Frazer, a la par que con un estilo muy
legible, casi literario. Quizá debamos agradecer la habilidad de Bartra para
descifrar los complejos entresijos de este poderoso mito europeo, omnipresente pero al mismo tiempo escondido a la vista, a su procedencia iberoamericana, que le permite ver la figura mutante del salvaje desde el exterior, liberado de la película envolvente
de nuestra ideología occidental. Como él mismo dice, para escribir sobre temas
de cultura es bueno “alejarse”, que es lo que por definición debe hacer todo
antropólogo. Pero sucede, además, que el autor tiene una concepción de las ciencias
sociales muy laxa. No cree que mantener rígidas fronteras disciplinares contribuya al avance en el conocimiento. Para él, esos lindes están para ser traspasados
constantemente, y ahí está su magnífica y variada obra para demostrar la
eficacia de su propuesta metodológica. Así, Bartra también se ha ocupado de las sociedades rurales
mexicanas y venezolanas en múltiples
trabajos, desde su tesis doctoral de 1974, Estructura
agraria y clases sociales en México. Igualmente ha dedicado la Jaula de la melancolía (1987),-por referencia a la “jaula de hierro” de
Weber, en traducción de Talcott Parsons-, al estudio de la identidad nacional
mexicana, huyendo de criterios esencialistas o funcionalistas. En esa
investigación se vio forzado a transitar desde la sociología marxista, dotada
de escasas herramientas heurísticas, a la durkheimiana y, sobre todo,
weberiana, con su atención al poder carismático y a la importancia de la cultura religiosa.
Ya hablamos en Videojuegos, poder y globalización ( http://anthropotopia.blogspot.com.es/2014/01/videojuegospoder-y-globalizacion.html ) de las redes imaginarias del poder político en relación a los procesos de legitimación social. Ese trascendental estudio fue
resultado de la estancia de Bartra en París entre 1978 y
1979.
En Cultura y melancolía, se ocupa de otro gran tema occidental en el
Renacimiento, el suicidio y la anomia. Ha continuado tal trabajo en El duelo de los ángeles, con sus reflexiones sobre Kant, Weber y
Walter Benjamin. Finalmente, por el momento, ha abierto nuevos caminos en la
investigación sobre los vínculos entre cultura y neurociencia en una obra fundamental,
Antropología del
cerebro (2006). La idea rectora,
que ha dado lugar a un encendido debate, es que las prótesis culturales constituyen un exocerebro, que sería la clave para explicar
el funcionamiento del cerebro humano. Su
obra más reciente es Cerebro
y libertad. Ensayo sobre el determinismo, la moral y el juego (2013). Muy merecido su reciente Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Fuentes consultadas:
-El salvaje en el espejo; El salvaje artificial; Antropología del cerebro;
-entrada Roger Bartra en
Wikipedia;
-entrevistas con Roger
Bartra en Letras Libres, abril 2004, y en Sociohistórica, n.17-18, 2005.
Sobre el mito del salvaje he encontrado una buena entrada en el blog Una antropóloga en la Luna, http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2012/09/el-hombre-salvaje-la-otra-cara-de-europa.html
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