ANTES DE QUE DESAPAREZCAN: LA FOTOGRAFÍA ETNOGRÁFICA DE JIMMY NELSON (I). EURASIA Y AMÉRICA


La rapidez con la que desaparece la diversidad cultural bajo el empuje de la civilización occidental ha dado lugar a continuos trabajos de salvamento antropológico. Desde el apasionado proyecto The Vanishing Race del genial fotógrafo norteamericano Edward S. Curtis (1868-1952) para rescatar las imágenes de las tribus indias, pasando por José Ortiz Echagüe y sus fotografías de los pueblos más típicos de España y del norte de África, Sebastiao Salgado y su Génesis ( http://anthropotopia.blogspot.com.es/2014/02/sebastiao-salgado-genesis.html), hasta el fotógrafo inglés Jimmy Nelson, nacido en 1967, de quien he tenido noticias gracias a nuestro colaborador José Biedma.
Lévi-Strauss público en 1955 un título esencial, Tristes Tropiques, que Susan Sontag calificó como una de las grandes grandes obras del siglo XX. No en balde la obra se llamó en inglés A World on the Vane, “un mundo en desaparición”. Con su lúcida mirada Lévi- Strauss lanza un lamento elegíaco por el Nuevo Mundo perdido a causa del impacto del desarrollismo sobre el medio ambiente. Los viajes y el turismo han hecho al mundo encogerse hasta dar lugar a una “monocultura”, según el estructuralista francés. Aunque la tesis pueda ser discutible, lo cierto es que la nostalgia por esos reductos de culturas supuestamente prístinas ha motivado excelentes trabajos de recuperación de la memoria de la humanidad.
El último ejemplo es el brillante programa Before they Pass Away. Como ya hiciera Edward S. Curtis con la edición de lujo de sus fotografías en sepia en The North American Indian (podéis consultar este enlace: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/09/edward-s-curtis-fotografia-y-etnografia.html ), Jimmy Nelson ha publicado un precioso libro de 464 páginas que cubre 29 tribus de todo el mundo en trance de desaparecer, cuyo contenido me he propuesto compartir aquí,  dividendo el trabajo en tres partes. Comenzaremos el viaje alrededor del mundo con nuestro entorno geográfico y cultural más próximo, para lanzarnos después a África ( tenéis aquí el link http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/12/antes-de-que-desaparezcan-la-fotografia_30.html )  y Oceanía ( http://anthropotopia.blogspot.com.es/2014/01/antes-de-que-desaparezcan-la-fotografia.html )  . Los textos que acompañan las fotos son traducción y resumen de los que aparecen en el libro y que podéis leer en inglés en el siguiente link: http://www.beforethey.com/. No os perdáis un estupendo vídeo musical, cuyo enlace está al final.
1.    LOS DROKPA DE LA INDIA

Los Drokpa son un insólito y pequeño grupo humano compuesto de 2500 miembros, que viven en tres pequeñas aldeas en un territorio en disputa entre India y Pakistán, Dha-Hanu, el único valle fértil de Ladakh. Son completamente diferentes desde el punto de vista físico, cultural, lingüístico y social de la mayoría de la población tibetano-birmana de Ladakh. Hombres y mujeres son altos y delgados, con grandes ojos claros, labios gruesos y características narices y cejas. Debido a su aspecto, se consideran superiores a otros pueblos y por ello no se casan con los miembros de otras comunidades. El aislamiento geográfico ha contribuido a preservar su etnicidad. Les encanta la música y la danza, las joyas, las flores y el vino de cebada. Lucen sus exquisitas vestimentas en festivales como el de Bonano, al final del verano, durante el cual los dos sexos bailan durante tres noches. Los hombres visten túnica sobre pantalones de lana. Las mujeres también llevan vestidos de lana y se adornan con conchas, abalorios y profusas joyas de plata. Unos y otros se cubren con capas de piel de cabra, y con sofisticados sombreros decorados con flores, monedas y conchas.
Su principal fuente de ingresos procede de sus bien cuidados huertos, en los que cultivan manzanas, uvas, nueces o albaricoques.
Tradicionalmente practicaban el intercambio de esposas con una absoluta desinhibición, pero la administración civil y militar de la India reprimió la costumbre. Un misterio rodea el origen de este singular pueblo. Una teoría más bien romántica afirma que son descendientes de un grupo de soldados de Alejandro Magno, extraviados en su camino de retorno a Grecia tras derrotar al rey indio Poro el año 326 antes de Cristo. Según otras fuentes más creíbles, procederían de una tribu aria que se instaló en la India atravesando las montañas del Hindukush.
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2.    LOS LADAKH DE LA INDIA

Desde hace milenios, los Ladakh ocupan el desierto helado del norte de la India, entre los estados de Jammu y Cachemira. Se trata de un territorio que soporta temperaturas de menos 30 grados C en invierno, recibe escasas lluvias y cuenta con muy limitadas reservas de agua. Ello no ha sido obstáculo para la implantación de un eficaz sistema de irrigación, que se explota por pequeñas comunidades agrícolas, las cuales producen patatas, calabazas, remolacha y guisantes, que consumen con carne de carnero y pollo. Como la temporada de cosecha es corta-4 meses al año- dedican el prolongado invierno a continuas celebraciones, en las que exhiben el Goncha, su vestimenta tradicional. Está hecha de pesado terciopelo de seda, con elaborados bordados en abrigos, botas y sombreros e impresionantes adornos de oro, plata, turquesa, perlas barrocas y coral. 
Las tribus nómadas utilizan el largo pelo de cabra y oveja para sus famosos chales Pashmina de Cachemir. Esas fiestas invernales son la perfecta excusa para la intensificar las relaciones sociales. A causa del duro medio montañoso, la ayuda y cooperación resultan esenciales para la supervivencia. La sociedad Ladakh se estructura en grupos compuestos de varias familias no emparentadas, que mantienen alianzas de amistad. Las aldeas están integradas por 6 a 10 familias, que comparten las ceremonias religiosas y se prestan mutuo auxilio durante la recolección. Aunque en esa etapa del año trabajan desde el alba a la caída del sol, la actividad de mayores y niños es relajada. A diferencia de nosotros, no marcan drásticamente la distinción entre juego y trabajo. Las canciones y la alegría están siempre presentes. En verano celebran competiciones de arco y una modalidad nativa de polo. Sus cantos folklóricos y la recreación de sus leyendas antiquísimas, junto con las danzas, generan una atmósfera jovial, a la que contribuye el chang (vino de cebada) y los instrumentos musicales: el surna, una especie de oboe, y el daman o tambor. Los monjes llevan máscaras pintadas y bailan al ritmo de timbales, flautas y trompetas para representar las leyendas de Ladakh.
 Los niños recién nacidos reciben una cálida bienvenida. Se celebran sus 15 y 30 primeros días, así como su primer cumpleaños, con fiestas a las que invitan a parientes, amigos y vecinos. La boda es también ocasión para fiestas. Los chicos se comprometen a los 16 y las chicas a los 12. Los padres del novio llevan regalos a casa de la novia. Si se aceptan, la boda tiene lugar poco después. La contrayente se traslada a vivir con su esposo y sus parientes ofrecen como dote a la pareja vestidos, animales y tierra. El hombre es el cabeza de familia y el primogénito hereda la propiedad de su padre.
 La mayoría de las aldeas tiene su propio Gompa o monasterio, que puede llegar a ser desde un imponente complejo de templos hasta una pequeña ermita habitada por un solitario monje. Los Ladakh creen que los lamas son intermediarios entre el mundo físico y el espiritual. A menudo actúan como astrólogos y oráculo, prediciendo el momento más propicio para abordar cualquier empresa de envergadura.
3.    LOS RABARI DE LA INDIA OCCIDENTAL

Los Rabari ocupan los desiertos y llanuras del Gujarat y Rajasthan. Su fisonomía deja entrever su origen iranio. La mitología hinduista cuenta que fueron creados por Parvati. Mientras la diosa meditaba, Parvati recogió el polvo y el sudor de su esposa Shiva y con ellos modeló al camello. Cuando Shiva le insufló vida, el animal salió corriendo. El hombre fue creado para cuidar del animal y, de hecho, esa es la principal ocupación de los Rabari. Mientras los hombres se encargan de los rebaños, las mujeres gobiernan las aldeas y desempeñan un activo papel comerciando en los mercados. Igualmente dedican gran parte de su tiempo al bordado, que es expresión de su idiosincrasia y de su creatividad artística. Los diseños están tomados de los temas mitológicos y del paisaje circundante. Las niñas aprenden a bordar a edades tempranas y ensayan sus habilidades confeccionando su dote, que tardan en completar dos o tres años.
Otra ocupación característicamente femenina es el tatuaje, que realizan con fines estéticos, religiosos y terapéuticos. Las Rabari más ancianas trabajan tatuando en ferias, festivales y mercados. Llevan casi toda la superficie del cuerpo tatuada, aunque tienen un simbolismo mágico especial los tatuajes en el cuello, pecho y brazos. Las mujeres llevan pesados pendientes de metal y largos velos negros. En cambio, los hombres visten de blanco y exhiben pendientes de oro.
El matrimonio celebra la continuidad de la vida, por lo que es considerado de trascendental importancia. Las bodas son acontecimientos extraordinarios que tienen lugar, entre miembros de diferentes tribus, en el cumpleaños del dios Krishna. El matrimonio entre niños todavía subsiste entre ellos.
4.    LOS MUSTANG DEL NEPAL

A 3000 metros de altitud, en una de las más remotas regiones del mundo, entre el noroeste del Nepal y el Tíbet, vive este pueblo tradicionalmente vinculado a la historia y a la cultura tibetana. Hasta 1991 ningún extranjero pudo penetrar en Mustang, que quiere decir “llanura fértil”. Desde entonces se abrió al turismo, aunque sólo mil visitantes al año tienen el privilegio de acceder a la antigua Tierra de Lo: 2.000 km2 en el valle del río Kali Ghandaki, poblada por 7.000 habitantes. Su capital es Lhasa, el centro del mundo, que ellos todavía consideran plano. 

Los Mustang son un pueblo extremadamente religioso, vinculado al budismo antiguo. Prácticamente en cada aldea hay grandiosos monasterios, algunos de los cuales conservan obras de arte asombrosas. Las riquezas les venían del comercio con la India: la valiosa sal y la lana de sus yaks, a cambio de grano y especias. Se dedican a la agricultura en terrazas cuidadosamente diseñadas y a criar animales domésticos (cabras, caballos, vacas…) Los productos derivados del yak son la principal fuente de su alimentación: el té con sal y mantequilla, el yogur o el queso.
 Creen que las enfermedades están causadas por espíritus malignos. Para ellos hay 72 clases de “mala sangre” y 1080 demonios, que los monjes intentan curar con exorcismos, de acuerdo con una tradición médica que se remonta a 2000 años. Ven el cuerpo humano como un microcosmos del universo, compuesto por los 5 elementos en equilibrio, cuya descompensación hace perder la salud.
 El festival religioso más importante es el de Tiji, que tiene lugar en verano. Los monjes portan máscaras y vestidos coloristas para representar a la deidad Dorje Jone, que lucha contra su padre, un demonio que trata de arrastrar el reino a la destrucción.
 De acuerdo con una antigua costumbre, cada mujer puede casarse con varios hermanos al mismo tiempo. Esta poliandria se fundamenta en que la tierra fértil disponible es escasa. Si cada hermano se casara con una mujer diferente, la propiedad se dividiría en minifundios, arrastrando la familia a la pobreza. El hijo mayor hereda toda la tierra, mientras que se espera que el segundo ingrese en un monasterio a los seis o siete años.
 En el siglo XVIII Nepal anexionó al reino de Mustang. Hasta 2008 fue una monarquía y, desde entonces, están gobernados por una República.
5.    LOS KAZAKH DE MONGOLIA OCCIDENTAL

 Descendientes de turcos, mongoles, indoiranios y hunos en el territorio situado entre Siberia y el Mar Negro, los Kazakh son un pueblo seminómada que ha poblado las montañas y valles de Mongolia occidental desde el siglo XIX. Son unos 110.000, el 4% de la población mongola, aunque resultan mayoritarios en la provincia de Bayan- Ölgii. Soportan condiciones climáticas extremas, con inviernos largos y helados, y veranos cortos y lluviosos. 
Dominan el arte de cazar con cetrería. En las montañas y estepas capturan, gracias a sus bien entrenadas aves, conejos, marmotas, zorros y hasta lobos. A mediados de octubre celebran la fiesta del águila dorada, un evento colorista que reúne a la comunidad, la cual tiene una estructura clánica. Recuerdan los nombres de sus antecesores en una cadena que se remonta, al menos, a las 7 generaciones precedentes. Es su antídoto para “no olvidar de dónde vienen”.

 Portan talismanes y abalorios para protegerse de los espíritus malignos. Su religión es una mezcla de chamanismo, cultos preislámicos sobre el cielo, los ancestros, el fuego y las fuerzas sobrenaturales del bien y del mal, y el islamismo sunní introducido en el siglo XVIII.
6.    LOS TSAATAN DEL NORTE DE MONGOLIA

Durante miles de años, este “pueblo del reno” de origen turco ha sobrevivido en las montañas boscosas de la taiga subártica de Siberia en condiciones durísimas. Trasladan sus tipis con sus animales y sus escasas posesiones entre 5 y 10 veces al año,  soportando en invierno temperaturas de -50 grados. Depende enteramente del reno para su subsistencia, ya que les proporciona leche, yogur, crema, requesón y queso, que conservan refrigerados dentro de ríos o corrientes. Las mujeres ordeñan los renos cuando los hombres los traen de vuelta del forrajeo, cargados de leña para cocinar y calentarse. Pero no comen carne de reno sino ratones, cerdos salvajes… Su alianza mutua con el reno se basa en un intercambio de cuidado y protección a cambio de los medios precisos para sobrevivir. Del reno aprovechan no sólo los productos lácteos sino también la piel para el vestido y la cornamenta para fabricar herramientas, al tiempo que les sirve de medio de trasporte.
 Su vivienda tradicional es el ortz, una tienda cónica cubierta de pieles de animales sobre varas de madera, fácil de montar y empaquetar.
En las interminables noches de invierno entonan largas canciones que relatan su historia familiar, y con las que se comunican también con los animales. En la fiesta anual del reno cantan, celebran carreras de renos, juegan al polo sobre renos y tienen lugar rituales chamanísticos. Los encantamientos tienen una presencia permanente en su vida diaria, para propiciar la caza y protegerse de las inclemencias del tiempo.
7.    TIBETANOS

La historia del Tíbet comenzó hace 4000 años. Es el “techo del mundo”, con cinco cimas que superan los 8000 metros, una de ellas el Everest. La leyenda cuenta que los ancestros de los tibetanos eran un mono y una ogresa, pero las evidencias arqueológicas muestran que descienden de las tribus Quiang. Tíbet cuenta con 1700 monasterios, el más antiguo de los cuales data del siglo VIII.
La ópera tradicional se remonta al siglo XIV, cuando un lama, acompañado de siete bellas jóvenes, la inventó para recaudar fondos con que construir puentes que facilitaran el transporte entre las cumbres. La ópera se ejecuta durante las fiestas ceremoniales y su temática son las enseñanzas budistas y la historia del Tíbet. Los monjes intérpretes llevan máscaras para identificar los roles del rey, la reina, el lama o la deidad.
Los tibetanos se dedican a la ganadería (yaks, ovejas, cabras…) Viven en tiendas cubiertas por la gruesa piel del yak, en las que guardan sus bolsas con la preciada cebada. Su cocina refleja su rica herencia cultural y su adaptación a la altitud, lo mismo que sus tabúes alimentarios. Comen carne de yak, cabra o carnero, seca o estofada con patatas, y productos lácteos derivados del omnipresente yak.
A los tibetanos les entusiasman los ornamentos, que son un símbolo de estatus. Lucen todo tipo de joyas hechas con conchas, hueso, oro, plata, perlas, jade y otras piedras preciosas. Sus vestidos se confeccionan con una enorme variedad de materiales y diseños, dependiendo del lugar y la ocupación.
La medicina tibetana utiliza miles de plantas, 40 especies animales y 50 minerales. El budismo tibetano es la religión principal que practican casi cada hora. Pasan mucho tiempo rezando y con sus ruedas de oraciones. En el origen, la religión dominante era el chamanismo, con rituales esotéricos, talismanes, encantamientos, sonido de tambores y sacrificios, con  un panteón de dioses y espíritus malignos. Restos supervivientes de esas antiguas creencias son el funeral del cielo, que consiste en colocar al muerto en la cima de la montaña, expuesto a los elementos y a las aves rapaces. Esa práctica se conoce como “entregar las almas a los pájaros”, y tiene su explicación por la dureza del suelo rocoso, que no permite el enterramiento, como tampoco es viable la cremación de los cuerpos por falta de combustible.

8.    LOS NENETS DE SIBERIA

 Desde hace un milenio, los Nenets habitan en la Península de Yamal. Actualmente son 10.000 nómadas que pastorean una cabaña de 300.000 renos domesticados por la tundra ártica, en condiciones medioambientales extremas: soportan 50 grados bajo cero en invierno, y veranos calurosos de 35º. Su migración anual es de más de mil kilómetros, atravesando las aguas heladas del río Ob. En verano se dirigen hacia los pastos del norte, mientras que en invierno se encaminan al sur del círculo polar ártico. 
El reno es reverenciado como símbolo central de su cultura. Se sienten ligados a este animal por una especie de contrato social: el reno les proporciona los medios necesarios para la subsistencia y trasporte, y a cambio reciben  la protección y cuidado de los humanos. La vivienda familiar, que se traslada a diario durante las épocas de migración, está cubierta de piel de reno sobre largos palos de madera. Se instalan en zonas rodeadas buenos pastos, cerca de fuentes de agua, esencial para elaborar su bebida predilecta, el té negro de Sri Lanka. En verano, cuando no resulta posible almacenar la carne a causa del calor, el pescado es su principal fuente de alimentación.
Profesan un chamanismo animista. Tallan ídolos de madera que transportan en trineos sagrados, y también figuritas que representan a sus ancestros. Varias veces durante cada estación el trineo sagrado se unta con sangre fresca de reno. Tras el sacrificio, dejan la mitad de la res para los dioses. También creen que ciertas piedras de formas insólitas albergan divinidades.
 Este pueblo habla una lengua de origen finohúngaro, al igual que el ruso. El gobierno soviético obligó a los niños a estudiar en internados. Al principio, las familias Nenet se resistieron a esa imposición, pero acabaron viéndola como una oportunidad para mejorar su situación. Han integrado esa educación infantil en su ciclo típico de vida, que se ha visto alterado igualmente por el descubrimiento de petróleo y reservas de gas en su territorio en los años 70. Su medio ambiente está transformándose muy rápidamente.
9.    LOS CHUKCHI DE SIBERIA

Los habitantes de la Península Chukotka se llaman a sí mismos el “pueblo sincero”, un grupo étnico de 15.000 miembros que habitan la inhóspita tundra sin árboles. En invierno, las temperaturas alcanzan los -54º. Los veranos son también frescos, con una media de 10º. Debido a esas duras condiciones climáticas, la hospitalidad y la generosidad son la base de su estilo ético: nunca niegan comida y cobijo a ningún extraño.
El reno es la base de su alimentación. Los hombres los llevan a pastar y viajan hasta el borde de la taiga para cazar mamíferos marinos como la morsa, y para pescar y recoger leña, mientras que las mujeres cocinan, limpian y reparan la yaranga, la vivienda tradicional de forma cónica que se recubre con 80 pieles de reno. Los hombres son muy habilidosos en la talla de animales y escenas de caza en hueso de reno y colmillos de morsa. Como a sus vecinos los esquimales, les gusta cantar, bailar, rememorar sus leyendas tradicionales y recitar trabalenguas.
 Los Chukchi del interior disfrutan con las competiciones de renos y perros, con las luchas y carreras a pie que tienen lugar después del sacrificio de renos, mientras que los habitantes de la costa realizan ofrendas a los espíritus del mar. Creen que las plantas, animales, cuerpos celestes, ríos, bosques y los fenómenos de la naturaleza tienen sus propios espíritus. Durante sus rituales, los chamanes entran en trance, a veces con la ayuda de setas alucinógenas, para comunicarse con los seres del otro mundo, que hablan a través de ellos y predicen el futuro.
 A diferencia de otras tribus siberianas, los Chukchi nunca fueron sometidos por las tropas soviéticas pero sus condiciones de vida tradicionales se han visto modificadas por la destrucción de su entorno, debido a los ensayos con armas o la contaminación. Poco a poco el modo de vida occidental está permeando sus costumbres y, así, actualmente suplementan  su dieta con alimentos enlatados y utilizan medios de transporte a motor.
10.   LOS HUAORANI  DEL AMAZONAS

En la oscura y húmeda selva amazónica vive la tribu más arrojada, que no tuvo contacto con el mundo exterior hasta 1956. Son hábiles cazadores y guerreros temibles, que luchan ferozmente para proteger sus tierras y su medio tradicional de vida. Se identifican  con el jaguar, el depredador más majestuoso de la selva. Según sus leyendas, los Huaorani descienden de la unión entre el jaguar y el águila. No matan a su animal protector ni a las serpientes, en particular a las anacondas, que consideran fuerzas del mal. Cazan monos, pájaros y pecaríes pero la actividad cinegética tiene para ellos una implicación moral. Resulta necesaria para su supervivencia pero deben aplacar a los espíritus de los animales cazados para evitar su venganza. El chamán muestra su respeto a los animales durante el ritual de preparación del curare, el veneno que paraliza a sus víctimas. Usan cerbatanas de 3- 4 metros para cazar a distancia, con una eficacia verdaderamente letal. Complementan su dieta con productos vegetales: bananas, cacahuetes, patatas dulces, frutas y mandioca, con la que elaboran cerveza. 
 Llevan el pelo largo y se pintan la cara y el cuerpo con pigmentos vegetales para las ceremonias religiosas o con propósitos simplemente estéticos. Las danzas son esenciales en su cultura.
 Amenazados por la explotación petrolífera y por la tala ilegal, esta sociedad de cazadores recolectores se ha transformado en un pueblo que vive en asentamientos. En el año 2012 su territorio se había visto reducido a 6.800 km2, un tercio de su extensión original.
11.  LOS GAUCHOS

Una constante apostilla en la red al trabajo de Jimmy Nelson se centra la cuestión de, en qué medida, los gauchos pueden ser considerados como una tribu. Este pueblo es una mezcla étnica de poblaciones europeas, indígenas y africanas. Son jinetes nómadas que vagaban por las praderas argentinas cuando el ganado salvaje superpoblaba las tierras llanas. Al producirse  una gran demanda de pieles, los gauchos se lanzaron a cazar clandestinamente enormes rebaños de caballos y ganado cimarrón. “Gaucho” es una palabra que define a los espíritus libres, inseparables de su caballo y su cuchillo. “Un gaucho sin caballo es solo medio hombre”, suelen decir. Cuando las enormes extensiones de las praderas fueron cercadas, el espacio por el cual podían vagar resultó menguado. Justo cuando empezó a cambiar su estilo de vida, nació la leyenda del gaucho. Impregnado de cristianismo romano, su pensamiento mezcla ideas trágicas acerca del destino, el pecado y la culpa.
Envueltos en ponchos y cómodos bombachos, usan con destreza las boleadoras: tres bolas de piedra o hierro, sujetas a cuerdas de piel, con las que inmovilizan las patas de las reses. Su dieta se nutre de mate y ternera. El churrasco, su típico asado, se ha convertido en el plato nacional de Argentina. Cada año las escasas familias sobrevivientes se reúnen en las Pampas para pasar un largo fin de semana celebrando su cultura a ritmo de tango y disfrutando de buenas barbacoas.

Abajo tenéis un vídeo estupendo, corto y con una música evocadora, con tipos etnográficos muy vistosos de todo el proyecto Before They Pass Away, obra de MrGoogi9. No os lo perdáis.



Todas las fotos reproducidas en este artículo y en el vídeo tienen copyright de Jimmy Nelson.

Comentarios

  1. ¡Refrescante! Eso de que los drokpas procedan de antiguas tropas alejandrinas da que soñar. Me encanta la indistinción entre juego y trabajo de los joviales ladakhes. Formidable que el camello proceda del polvo y el sudor de una diosa. Pero no puedo estar de acuerdo con los Mustang de Nepal, que creen que hay 1080 demonios. Hay muchos más. Impresionante la ilustración de los cetreros de Mongolia. Mutualismo o simbiosis con el reno. Respeto para el animal que nos alimenta y viste. Tenemos mucho que aprender de estos pueblos, pero la vanidad nos impide acercarnos a ellos sin prejuicios, aunque por suerte las cosas están cambiando.
    Luisa y yo vimos un documental sobre esa costumbre tibetana de entregar el cadáver de un ser amado a los pájaros. Nos emocionó y nos estremeció ese postrero e inevitable acto de amor en mitad de la altísima roca helada.
    Enhorabuena por la entrada.

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  2. ¡Qué lector más atento, y qué bien hilvanado su comentario! Muchísimas gracias por haberme proporcionado información sobre Nelson, de quien no sabía nada. Su proyecto es una buena ocasión para recordar lo maravillosa que es la diversidad humana y conocer otras costumbres que podrían mejorar nuestra relación con el medio, con los otros, con el trabajo...Espero que Mari Angeles se lance a comentar la sensualidad de los Huaorani, que estudiamos bien en Antropología de la Sexualidad.

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  3. Felicidades, las fotos seleccionadas son bellísimas y los comentarios muy aleccionadores. Tengo un par de preguntas: ¿cuáles son los 5 (que no 4 del mundo clásico) elementos del universo para los Mustang? Y, de entre estas razas, ¿son los tibetanos los que aparecen en la película "Himalaya"? Los gauchos darían, en mi opinión, para una entrada en sí (Borges lo suscribiría).

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    1. Muchísimas gracias por participar. Las fotos de Nelson, en efecto, son maravillosas: conjugan equilibradamente su función informativa con un efecto estético deslumbrante y evocador de otros mundos. Los elementos en la medicina Mustang son los mismos que entre los medievales: además de los 4 de la antiguedad-agua, fuego, aire y tierra-, el espacio, que yo creo que es un trasunto de nuestro éter o quintaesencia. Y la cosa da mucho que pensar, porque:¿cómo se explica esa coincidencia esencial entre el esquema básico de pensamiento científico entre culturas tan alejadas entre sí, si no es por el contacto?¿ Y quién prestó a quién y cuándo?
      También difícil la segunda pregunta.La primera impresión es que sí, pero los comentarios sobre la película no descienden al detalle etnográfico, así que no tengo verificación oficial. El emocionante film de Eric Valli fue rodado en Nepal, no en el Tíbet, las vestimentas se parecen a las de los Tsaatan, pero el animal que pastorean es el yak, no el reno. A falta de más detalles, yo diría que es una tribu próxima a los tibetanos. Revisaré la película y ya te cuento más. Muy agradecida por tu interés.

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  4. Es imprsionante la capacidad humana para adaptarse al medio,y la amplia variedad de usos,costumbres y cosmovisiones que creamos a partir de las constricciones medioambientales de donde nos asentamos.Esta entrada,con unas fotos magníficas es un bello intento de recordar la capacidad creadora del ser humano,tanto en usos como en obras de arte como las fotografías.
    Encarna estaba en lo cierto al sospechar que lanzaría mi comentario sobre la sexualidad huaorani (Amazonas),ya que fue un tema que tratamos en Antropología de la sexualidad.Respecto a los usos y costumbres sexuales de este pueblo,tenido por fiero y guerrero,destaca la vida sensual y placentera de sus miembros.Los huaorani habitan "casas largas" y practican el matrimonio intergrupal entre un hombre y dos o más hermanas.Este núcleo,junto a sus hijos,hijas,maridos de éstas,etc. ,comparten habitáculo,pero en su cosmovisión,también "sustancia",que ellos expresan por medio de caricias,roces,cuidados sin distinción de sexo o edad,pero siempre dentro de la misma casa.Desde nuestra perspectiva sexual puede resultar chocante este toqueteo continuo,pero entre los huaorani este placer es muestra de consustancialidad y no de sexo.Para ellos el sexo entre adultos en la hamaca tiene fines reproductivos,y los hijos son la forma de ser considerados adultos;tene niños marca la condición de adultos.

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  5. "Estas culturas no están destinadas a desaparecer. Son pueblos dinámicos que transitan la existencia por fuerzas identificables que están más allá de su capacidad de adaptación. El genocidio está universalmente condenado, pero el etnocidio, la destrucción del estilo de vida de un pueblo, no sólo no es condenado universalmente sino que en muchos lugares es celebrado como parte del desarrollo. El mundo moderno como lo conocemos tiene tan sólo 300 años de antigüedad. Esta historia superficial me sugiere que no tenemos todas las respuestas para todos los desafíos a los que nos enfrentaremos en los próximos milenios." dice Wade Davis. UNA ANTROPÓLOGA EN LA LUNA nos dejó estas interesantes reflexiones, muy en la línea de "Europa y los pueblos sin historia" de Eric Wolf. Pues sí, a estos pueblos no es que les guste vivir en condiciones extremas, es que no han tenido más remedio que acostumbrarse a ellas porque el avance de la "civilización" los ha ido arrojando hacia los márgenes de lo habitable y si alguien tiene las claves para sobrevivir ante un cambio radical de condiciones de vida, me temo que no seremos nosotros, con toda nuestra ciencia y tecnología, sino más bien ellos. En todo caso, en el momento presente interesan más bien como ejemplo de la maravillosa diversidad humana, para entusiasmarnos con lo que, como seres humanos, todos compartimos aún en los lugares más remotos del planeta, y para aprender una mejor relación con los otros y con el entorno.Muchas gracias a Noemí por participar aquí y por su valoración apreciativa de nuestro trabajo.

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  6. Camaradas, colegas....amig@s.. GRACIAS POR COMPARTIR.....sin embargo, me permito compartir ealgunos comentarios de Stephen Corry Hazte [Director general de Survival International]

    "...Un problema inherente al libro: ¿fue acaso el mundo alguna vez así? ¿Son las fotografías una representación real de alguien? ¿O son, al menos algunas, meras fantasías de un fotógrafo que guardan muy poca relación con la apariencia actual de estas personas o con la que tuvieron alguna vez?....
    ..." una serie de fotografías de indudable belleza y dramatismo de dos decenas de pueblos, sacadas con una cámara de gran formato y con placa de vidrio. Los sujetos posan como si fueran modelos en los salones de publicidad donde Nelson desarrolló su carrera. Los pueblos tribales (que por algún motivo incluyen a tibetanos y gauchos o cowboys sudamericanos) son retratados, en gran medida, como si fueran lo más diferentes posible a nosotros. No solo en lo relativo a vestimenta y decorado, sino también en cómo se les pide que posen. Un ejemplo: Nelson tuvo la alocada idea de que indígenas vanuatus posaran todos en un árbol..."

    vr más: http://www.huffingtonpost.es/stephen-corry/insolente-desproposito_b_5547847.html?utm_hp_ref=spain

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  7. Muchas gracias por participar en el debate. Las críticas que apuntas tienen toda la razón. Ya las conocía. En gran medida Nelson construye fotos de estudio, con poses dirigidas, en ambientes escogidos, recuperando vestimentas que solo son para las grandes ocasiones como si se llevaran a diario...En fin, unas licencias tremendas para reinventar un tiempo que ya no existe. Por esos estas imágenes tan bellas tenemos que tomarlas con ciertas precauciones desde la antropología. Son más bien preciosos pretextos para imaginar. Pero si lo piensas bien, es algo en lo que caen todos los artistas que se sienten poseídos por esa fiebre de rescatar el pasado.Aquí hemos hablado ya de Edward S. Curtis-cuya entrada te recomiendo mucho para que puedas ver hasta qué punto la historia se repite un siglo detrás de otro, y de Sorolla, y nos falta Ortiz Echague, que hizo lo mismo que el anterior. El verdadero debate es el valor científico y no la indudable belleza y capacidad de evocación de sus cuadros y fotografías.

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  8. Tarde. Muy importante este trabajo de la complejidad de la humanidad que por cierto está llena de misterios que quizás está generación no logra descubrir su mayoría.

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  9. Con su permiso sin tratar de abusar de su cortesía permítame compartirla, gracias saludo.

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    1. Muchísimas gracias Guilbar por su interés. Y muy agradecidos por compartir nuestro trabajo y, sobre todo, la estupenda obra de Jimmy Nelson. Un saludo.

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