ANTROPOLOGÍA EN EL CINE Y LA LITERATURA:HURACÁN


  





    Portada del libro de 1.947, propiedad de mi  padre, Antonio Boix Dols, quien espoleó siempre mi curiosidad por la tierra y sus gentes, me enseñó a entender las diferencias y fue el primero que, tras el estreno de la película de 1.979, me dio su libro para que comparara ambas historias. Esta entrada – como todo lo demás de mi vida - hubiera sido imposible sin su concurso. 


1.- INTRODUCCIÓN.

   La Antropología como ciencia surgió en el siglo XIX a partir de elementos teóricos como el debate entre monogenismo y poligenismo (Haddon), el evolucionismo (Boas y Greene) o el historicismo (Boas), y otras aportaciones, como las misiones religiosas (Tylor) y los relatos de viajes de los siglos XVI y XVII (Margaret Hodgen). Esta joven ciencia pronto desarrollaría una vertiente práctica muy potente, la Antropología Aplicada, en marcos de potencias coloniales, como los países europeos tras el Tratado de Berlín (1.885), o de convivencia pluricultural dentro de su propio territorio (Estados Unidos).
   La Antropología aplicada británica- ver en este mismo blog http://anthropotopia.blogspot.com/2013/03/malinowski-y-africa-indirect-rule-y.html - fue la primera en ver la necesidad de hacer etnografía de los territorios colonizados para implementar mejor el nuevo orden colonial. Los Estados Unidos, que contaban con el grave problema práctico de la diversidad cultural dentro de sus fronteras, una vez conseguidas sus posesiones coloniales en el Pacífico y el Caribe, optaron por comenzar aplicando el modelo británico hasta que desarrollaron su propia forma de colonialismo. Estados Unidos comenzó su aventura colonial externa a finales del siglo XIX, cuando su industrialización estaba ya completa, y dirigió sus ojos a las posesiones españolas en el Pacífico, que pasaron a su poder tras la guerra con España por las mismas en 1898. Más tarde, se hizo también con las posesiones que Alemania había comprado a España antes del desastre del 98, entre las que se encuentra Samoa, lugar donde Margaret Mead hizo su estudio sobre la adolescencia recogido en The coming of age in Samoa (1.928), y donde se desarrolla la película Huracán, de Jan Troell (1.979). Esta cinta es una versión  de otra película más antigua: Huracán sobre la isla (1.937), del gran John Ford, quien filmó la historia escrita por C. Nordhoff y J.N. Hall. Los cambios que podemos observar en las diferentes obras no responden tan solo a adaptaciones a nuevos tiempos o recursos técnicos, sino que en ellos podemos rastrear diferentes modos de entender el poder colonial y a los nativos por parte de las diferentes potencias colonizadoras.
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2.- OBRAS LITERARIAS Y CINEMATOGRÁFICAS.-

   La novela Huracán fue apareciendo por entregas los fines de semana de 1.936 en el Saturday Evening Post, y casi al acabar su publicación, el productor Samuel Goldwyn compró los derechos sobre la misma para llevarla al cine, proyecto que fue dirigido por John Ford en 1.937.

   Los autores, Charles Nordhoff y James Norman Hall combatieron durante la I Guerra Mundial , y en 1.920 publicaron conjuntamente The Lafayette Flying Corps, primero de los libros  de una exitosa carrera conjunta, y tras el cual, la revista Harper´s Magazine los envió a Tahití (Islas de la Sociedad) a escribir artículos del viajes al Pacífico Sur. Nordhoff permaneció allí veinte años, pero Hall se quedó toda la vida. Este conocimiento profundo del lugar y sus gentes convierten a sus obras casi en etnografías cercanas al tono de Malinowski en Los Argonautas del Pacífico Occidental (1.922) en ciertos aspectos. La obra que más renombre les dio fue El motín de la Bounty, otro éxito también llevado al cine hasta en cuatro ocasiones.

   La historia que se narra en la novela es la del joven Terangi, de la isla de Manukura, en el archipiélago de las Tuamotu, colonia francesa en el Pacífico, quien, a raíz de un desgraciado incidente con un turista británico que desprecia a los nativos, es condenado a seis meses de prisión, pero, incapaz de vivir alejado de su mujer y sus gentes, huye continuamente, y así suma cada vez más años a su condena, hasta que , en una de sus fugas, mata accidentalmente a un carcelero. Es entonces cuando el gobernador colonial de la isla, Monsieur De Laage, comienza una concienzuda persecución que se resolverá con la aparición de un huracán de tales dimensiones que acabará por borrar a la isla del mapa.

   El narrador de la historia es el anciano Dr. Kersaint, personaje muy cercano a la figura de Malinowski en Los Argonautas, ya que ha vivido un tiempo en la isla, donde pasó la IGM, como  el antropólogo, que quedó atrapado en las Trobriand durante la contienda; conoce su lengua y costumbres, y relata los cambios que se han ido produciendo en la isla debido al choque con los colonizadores, dejando traslucir la misma nostalgia que Malinowski ante la pérdida del paraíso indígena. Otro eco de Los Argonautas que encontramos en el relato del médico es el dedicado a la construcción de la Katopua, goleta que tiene importancia dentro del relato, como las canoas del Kula en la obra etnográfica. En el libro hay reflexiones acerca del modo de ser de los indígenas, a quienes el doctor encuentra caracterizados por un cierto estoicismo, achacable a su conciencia de que los desastres naturales, como los huracanes, pueden hacerlos desaparecer en cualquier momento de la faz de la tierra. Esta característica, según el viejo médico, los hace, además “quedarse fuera de la economía”, en alusión a sus necesidades de productos occidentales: si los tienen, los usan y aprovechan, pero si no los tienen, su vida se desarrolla con la misma facilidad. Es también el doctor quien nos informa acerca del parentesco local, las relaciones armoniosas entre esposos, de la etnología de la zona – habla de la existencia de hasta cuatro razas diferentes, debido a que     “estas islas han sido pobladas por sucesivas oleadas migratorias de razas occidentales”. También nos da una visión veladamente crítica del colonialismo cuando nos informa del poder y la aristocracia local, a la que pertenecían los protagonistas indígenas; de ellos dice: “Su familia no abdicó jamás del orgullo de casta, no obstante el estado caótico en que se sumió la sociedad indígena tras la conquista de la Polinesia por los europeos”.




   La película de John Ford tiene un alto grado de coincidencia con la obra literaria, aunque el director hace una magnífica obra de síntesis de la historia, y no pierde ocasión para hacer también crítica del gobierno colonial y los cambios que imponen allá donde se establecen. Un ejemplo de esto lo vemos en el magistral tratamiento de la boda de los protagonistas - asunto no tratado en el libro - , donde nos muestra una doble ceremonia: la cristiana, en la iglesia, con todos los indígenas vestidos al modo occidental, y la posterior ceremonia indígena, muy bien recreada, con sus pareos, flores, música y comidas tradicionales, llena de alegría  y fuerza frente a la desvaída ceremonia “civilizada”. También muestra la oposición entre lo indígena y lo civilizado con el modo de saludarse las parejas del gobernador y su esposa – un frío beso en la mano y un casto abrazo – y la formada por Terangi y Marama, besándose, corriendo y lanzándose al agua entre juegos y risas. Los últimos 20 minutos de la cinta son magistrales, con la recreación del huracán con unos efectos especiales que han soportado con bastante dignidad el paso del tiempo.

   En 1.979, y siguiendo la estela de películas de desastres, el sueco Jan Troell filma la misma historia de Nordhoff y Hall y Ford, pero introduce unos cambios en la misma que son relevantes desde el punto de vista de la Antropología, ya que afectan al escenario – ahora es Samoa, colonia americana y no francesa; nombre y situación social del protagonista – ahora Matangi, heredero de la jefatura de la isla de Alava - , quien es enviado por el gobernador de Samoa a estudiar en la universidad americana; la aparición de una joven destinada por tradición a ser su esposa – taupo – una vez que sea proclamado jefe, la ceremonia de desfloración ritual y el romance con la hija del gobernador, que hará que lo persiga a pesar del huracán que, también aquí acaba por borrar a la isla.

3.- CAMBIOS DE ESCENARIO.-  
  

                       
   Tanto la obra literaria como las cinematográficas tienen lugar en Polinesia, la mayor de las zonas geográficas y culturales del Pacífico Sur, entre Australia y América, tierras con las que se entró en contacto en el siglo XVI, durante el viaje de circunnavegación de Magallanes, por el cual las Filipinas, Marianas y Carolinas pasan a pertenecer a la Corona Española, en virtud del Tratado de Tordesillas (1.494).Desde estas posiciones, los españoles descubrieron la Polinesia, las islas Salomón y las Marquesas, pero no las colonizaron. En el siglo XVII, las grandes compañías comerciales europeas bajo protección estatal, convierten a Asia en un campo de batalla comercial y militar. Los españoles reducen  su presencia a las Filipinas, Marianas y Carolinas, último enclave del imperio colonial español y comienzo de la colonización estadounidense del Pacífico (1.899).

   En su mayor parte, las islas de la Polinesia fueron descubiertas por el conde de Bouganville en su viaje de exploración alrededor del mundo, y recogido en su
libro Viaje alrededor del mundo (1.771). La Royal Society de Londres envió al capitán Cook a realizar tres viajes, entre 1.771 y 1.779, y en los que logró, entre otros éxitos, descubrir, describir y cartografiar las dos islas de Nueva Zelanda, costas orientales de Australia y multitud de islas de la Polinesia, entre ellas las Hawai, bautizadas como Sandwich, y donde lo mataron unos nativos en una disputa por una nave.Otras expediciones famosas fueron la de la Bounty, cuyas peripecias también narran Nordhoff y Hall – Trilogía de la Bounty – o la de Malaspina, con patronazgo español, pero de rocambolesco resultado.  

   En las obras que estamos tratando, la acción transcurre en los años 20 del siglo XX, pero la localización geográfica es diferente: mientras en el libro y la película de Ford, los sucesos acaecen en Manukura, una isla perteneciente al archipiélago de las Tuamotu, dentro de las Islas de la Sociedad, colonias de Francia, la obra de Troell transcurre en la Samoa americana, territorio no incorporado a Estados Unidos, pero bajo su mandato desde el Tratado de Berlín de 1.899, que puso fin a las hostilidades entre Alemania y Estados Unidos por el dominio en el Pacífico. Cuando la joven potencia toma posesión de Samoa (junio de 1.900), construye una estación carbonífera en Pago Pago para su escuadrón del Pacífico, y nombra a un secretario local, aunque la autoridad de la zona era el oficial al mando de la escuadra allí destinada – el capitán Bruckner en la cinta de Troell .La autoridad en la zona francesa es un administrador – Monsieur de Laage en el libro y la obra de Ford – enviado por Francia, aunque dependiente de las decisiones de Tahití – allí es donde juzgan y condenan al joven Terangi por su incidente con el inglés. Aunque las islas de la Sociedad fueron descubiertas por Magallanes en 1.521, siguieron estando políticamente dirigidas por la dinastía Pomaré de Tahití. A finales del siglo XVIII llegaron a ella las primeras misiones cristianas, y a fines del siglo XIX sus perlas despertaron la codicia europea. Al abdicar el rey Pomaré V (1.880) de Tahití, se anexionaron a Francia.

4.- PODER Y AUTORIDAD INDÍGENA Y COLONIAL.-

   Tanto en el libro como en la película de Ford, el joven Terangi es condenado y perseguido con saña por M. de Laage, administrador de Manukura, quien se muestra inflexible a interceder por el joven ante el gobierno colonial de Tahití, ya que para él la ley ha de ser cumplida a toda costa, aún cuando comprenda que Terangi no tiene culpa por haber respondido a la agresión racista del inglés en un bar, y a pesar de las peticiones de clemencia por parte del viejo médico y su propia esposa. El médico intenta ablandar al gobernador haciéndole ver que una condena a prisión, aunque sea pequeña, para un polinesio equivale a una condena a muerte, ya que no saben vivir fuera de los espacios abiertos.

   El personaje del administrador y su sumisión a las leyes, y su firme convicción de que la labor colonizadora es una “misión civilizadora” del gobierno, es un ejemplo aplicado del tipo de poder colonial francés, conocido como ASIMILACIÓN. El objetivo principal de esta figura es buscar la representación de la colonia en el parlamento metropolitano, para lo cual era necesario inculcar a los indígenas ideas, lengua y modos de acción. El senador Alexander Isaac, nativo de Guadalupe, pedía que se creasen lenguajes e intereses comunes entre nativos y colonos, y entendía la asimilación como un principio jurídico: que todos los ciudadanos franceses, nativos o metropolitanos, tuviesen los mismos derechos y obligaciones. Entre 1.889 y 1.890 se celebra el Congreso Colonial Nacional, cuya resolución final es la “misión civilizadora” de sustituir progresivamente las costumbres y motivaciones nativas por las europeas.

    Existen, sin embargo, voces críticas hacia la asimilación, como la de Leopold de Saussure, quien en 1.889 afirmaba que la asimilación era imposible, ya que las razas nativas no tienen la misma inteligencia ni las mismas aptitudes que los europeos. Surge entonces la idea de ASOCIACIÓN, diseñada por Harmand en Domination et colonisation (1.910), y que busca respetar costumbres, hábitos y religión de los nativos sin explotarlos, con una política de asistencia mutua; quiere impulsar las costumbres nativas, aunque ello no implica en absoluto que abogue por la igualdad entre colonizadores y colonizados, ya que en la visión de Harmand subyace el darwinismo social que justifica la colonización: el conquistador es un aristócrata que está en lo más alto de la lucha por la supervivencia, y la democracia no cabe en las colonias. Tanto en el colonialismo británico, con su mayor justificación teórica en el funcionalismo de Malinowski y el Indirect Rule, como en el francés de la asimilación y la asociación, subyace la idea de que la expansión europea trae ventajas para todos.

   Pero la existencia del poder colonial no impide que siga existiendo la estructura de poder indígena, como la jefatura de Fakahau, padre de Marama y suegro de Terangi. Marshal Sahlins, en “Hombre pobre, hombre rico, gran hombre, jefe: tipos políticos en Melanesia y Polinesia”, hace una caracterización diferencial del tipo de jefatura en estas dos zonas culturales, tanto por la organización política como por el tipo de liderazgo. En el caso de Polinesia, la organización política es piramidal – en Melanesia es segmental, o basada en grupos de descendencia patrilineal o cognaticia - , es decir, con una estructura de malla, donde grupos pequeños se integran en otros mayores por la importancia de sus jefes, calculada ésta – como en el clán escocés – por la distancia en su línea de descendencia al antepasado común. En cuanto al liderazgo, los jefes melanesios lo basan en la lealtad personal, bastante inestable, y que tiene que ser continuamente conquistada gestionando la producción de excedentes, su consumo, reserva o redistribución; es un burgués que tiene que demostrar su valía personal frente a otros con las mismas aspiraciones. En cuanto al jefe polinesio, se entiende como centro del que emana el poder y la autoridad, proveniente de la divinidad en última instancia, y que se transmite por la vía de la primogenitura; el poder en este caso, reside en el cargo y no en la demostración de la valía personal. Así, un jefe polinesio no está obligado a dominar la oratoria, ya que tiene “jefes hablantes” que lo hacen por él. Al jefe polinesio el poder económico le es inherente, y solo tiene que solicitar el trabajo de su gente para obtenerlo. En The coming of age in Samoa, Margaret Mead describe la jefatura samoana en las aldeas, organizadas en torno al matai o jefe, y el manaia o heredero forzoso titular, así como la taupo o princesa ceremonial y las diferentes ceremonias y ritos a los que están sometidos por su cargo.
   En la obra literaria y la película de Ford encontramos un ejemplo de jefatura menor en la figura de Fakahau, quien hace de traductor del administrador – quien siempre hablaba francés, aunque los nativos no lo entendían – y trabaja por su comunidad en los momentos difíciles, como en el huracán.

   Sin embargo, en la película de Troell, encontramos muchas diferencias. Ahora el joven Matangi – nombre del protagonista en esta versión – es hijo del jefe de Alava, y su heredero – herencia patrilineal. Esta isla está muy cerca de Pago Pago, donde se desarrolla la acción y símbolo del poder colonial de Estados Unidos en el Pacífico. En esta película hay una secuencia muy bien resuelta , y bastante fiel a lo que narra Margaret Mead sobre las ceremonias de asunción de jefaturas durante el mandato de Estados Unidos, cuando el joven Terangi toma el poder de Alava.


   En esta ceremonia podemos ver un ejemplo muy cercano a la realidad samoana: los tocados ceremoniales del nuevo jefe, su vestimenta, hecha con tapa , estera fina y faldas de corteza, todo ello adornado con conchas y plumas de aves. También se ve el tatuaje tradicional polinesio. Pero lo más importante de la ceremonia es el orden establecido por la colonización americana; si antes de la misma acudían a ella todos los jefes locales cercanos, con su jerarquía para ser atendidos calculada por la distancia genealógica al héreoe mítico, ahora deben introducir a las autoridades americanas, quedando el ofrecimiento del kava (bebida ritual), primero para el gobernador colonial, luego, el jefe más alto entre los anfitriones, luego el comandante de la Estación Naval, y después el resto de jefes que siguen en rango. Es en esta ceremonia donde en el filme surge la distancia más importante entre el jefe local y el jefe colonial: en su discurso inaugural, Matangi pide al gobernador que libere a cinco jefes locales que se hallan encarcelados en Pago Pago, y que se dirija a él, cuando está delante de su gente, como “gran jefe”. Estas actitudes son tomadas por el gobernador como una provocación al principio fundamental de la colonización – que sigue los principios del Indirect Rule : la autoridad local siempre debe estar subordinada a la autoridad colonial, y por eso, la réplica del gobernador Bruckner a Matangi es “tus modales no son civilizados”.

5.- EDUCACIÓN DE LOS JÓVENES, PARENTESCO, MATRIMONIO Y COSTUMBRES SEXUALES.-

   En el discurso ceremonial de Matangi, al que más arriba aludimos, también habla de las imposiciones que conlleva su nuevo cargo: está obligado a andar despacio y hablar con los mayores. Margaret Mead, en su libro The coming of age in Samoa  recoge las quejas de un joven de la aldea, quien, al ser elegido jefe muy pronto, se ha visto privado de la vida propia de sus compañeros de grupo de edad: tiene su pelo gris, obra como si fuera viejo, camina gravemente y con paso medio, no puede bailar ni jugar con los jóvenes, y debe velar por el bienestar de todas las personas que viven en su casa .También tendrá que casarse con alguna taupo. El resto de jóvenes que no tienen que detentar ningún cargo, pasan su juventud aprendiendo las tradicionales artes de caza, pesca, navegación y danza; las muchachas, cuidan de los niños de la familia, marisquean, cultivan y, sobre todo, aprenden a tejer finas esteras y hacer tapa o género a partir de cortezas. Para ambos sexos, la danza y el baile son la actividad más agradable, y a ella dedican mucho tiempo; las jóvenes, además, inventan coreografías para añadir más valor a su persona, y ser requerida sexualmente por los jóvenes mejores de la aldea. La vida sexual en Samoa, tal como la describe Margaret Mead, es un aliciente para sus habitantes, donde los encuentros frecuentes entre personas diferentes son algo natural, y desde muy jóvenes el sexo no tiene misterio para ellos – entre otras cosas porque en las casas no hay paredes, sino un espacio en el que se tienden esteras por la noche, y todo lo que sucede, es compartido por los demás, incluso los niños - , y lo viven sin especiales agobios. Entre ellos, la fidelidad no es considerada un valor principal, y por lo tanto,  hay pocos celos, pero se acepta que surja el cariño cuando ha nacido algún hijo. El adulterio no es considerado como algo grave, siendo las mujeres repudiadas por el marido, y el hombre castigado sólo si lo comete con la mujer de un jefe. El divorcio es muy frecuente y se resuelve de una forma simple: el cónyuge que decide no continuar con el matrimonio, vuelve a casa de su familia de origen, y dice de su matrimonio que “el parentesco ha desaparecido”.
                                        


    El joven Matangi, además de perderse la vida relajada de su grupo de edad, también deberá casarse con una taupo, o princesa ceremonial designada por el alto jefe, como uno de sus derechos hereditarios. Esta joven también es aislada de su familia y grupo de edad, y adquiere prestigio, pero su virginidad debe ser preservada, algo extraño entre la juventud samoana, ya que la virginidad se considera un atractivo más de la joven para ser cortejada, pero no tiene el valor tan especial que luego adquiriría por influencias del cristianismo. En el caso de la taupo , sin embargo, su virginidad es asunto del cargo, y su familia debe velar por ella. El día de su matrimonio con el jefe, se procede a la desfloración ritual – tal como lo presenta Troell - , y si resulta no ser virgen, su familia podía castigarla afeitándole la cabeza, golpeándola, o incluso matándola (la joven Moala, taupo de Matangi, que, por despecho se entregó a otro joven cuando vio a Matangi enamorado de la joven americana, antes de sufrir el castigo de su familia, opta por suicidarse). Esta práctica fue abolida por los americanos, aunque, de hecho, siguió practicándose. Curiosamente, este particular no se trata ni el libro ni en la película de Ford, donde sí se subraya el cariño y la fidelidad entre los protagonistas, hecho que , como hemos expuesto anteriormente, era poco frecuente en la sociedad polinesia.

   En cuanto al parentesco, me remito al magnífico artículo, publicado en este blog por Encarna  Lorenzo, http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/06/la-fuerza-de-la-sangre-las-creencias.html, y tan solo añadiré las consideraciones esenciales para acabar con la comparación de las obras que nos ocupan.

   Describe Margaret Mead a la familia samoana como un grupo de unas 15 personas con lazos de parentesco (entendido éste como una relación de derechos y obligaciones entre personas) con el matai o su esposa, siendo el origen de este parentesco la sangre, el matrimonio o la adopción – los niños samoanos pueden ir de una casa a otra de sus parientes e instalarse allí sin crear ningún tipo de conflicto, ya que in la aldea – grupo de 30 o 40 familias – todos son parientes. Es por ello por lo que la residencia de una joven pareja puede ser tanto virilocal – en la residencia del marido – como uxorilocal – radicarse en la aldea de la esposa. Estas familias tan flexibles son la unidad económica de la aldea, y el matai quien las cohesiona.

   Sólo queda añadir que, en el libro de Nordhoff y Hall, una vez más, el viejo doctor Kersaint hace de antropólogo, y nos informa acerca del parentesco en las Tuamotu: en Tonga, la descendencia es patrilineal, y las relaciones entre marido y mujer aparecen armoniosas en público; las relaciones entre el sobrino y el avunculus (hermano de la madre)son de confianza, ya que la oposición se da entre el hijo y el padre, quedando las relaciones con la madre y toda su parentela consanguínea, marcadas por la cercanía y confianza. En el caso de un parentesco matrilineal, como es el caso de los Trobriand, la relación sería inversa: de confianza con el padre y su parentela, y de reserva con el hermano de la madre. Sin embargo, en ambos casos existe un tabú principal, que es el que se da entre hermanos (siblings) de distinto sexo, y que impone que éstos coman, se sienten juntos o estén bajo el mismo techo. Quizás esta sea la explicación para que en el libro, la hermana de Terangi viva en la casa del administrador y no en la choza familiar.

   Para acabar el artículo, pongo un enlace de YouTube con la música de la película de 1.979, una composición  más del gran maestro Nino Rota.

                                        

Comentarios

  1. ¡Magnífica entrada! Entrelaza cine, novela y antropología como una planta trepadora que nos atrapa en un entretenido paseo por la historia de la administraciones coloniales inglesa y francesa, que son las que de verdad se repartieron la tarta en el siglo XX. Me encanta la novela del Motín de la Bounty pero no he leído Huracán. Sí he visto la peli de John Ford y tengo en capilla la de Mia Farrow. Yya te contaré mis opiniones. Enhorabuena.

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  2. Como pienso que algunos de los contenidos de este blog pueden ser útiles a alumnos de Antropología, aprovecho para colgara aquí una pequeña parte de aquel famoso resumen para Antropología Económica sobre las distinciones de Marshall Sahlins que tú mencionas en el texto.

    ECONOMÍA POLÍTICA
    La ética económica de la nobleza primitiva articula el derecho a exigir bienes/servicios a los subordinados con la obligación de repartir riqueza, a cambio de lealtad. El jefe actúa como “padre de su pueblo”, o “banquero tribal” que acumula un “fondo de poder” (Malinowski).
    La relación es análoga a la r. generalizada con correspondencia indefinida. El beneficiario debe:
    -devolver el favor recibido
    - no perjudicar al benefactor (Gouldner)
    Pero el intercambio es jerárquico: las mercancías circulan hacia la cúspide de la pirámide social y descienden al pueblo.
    Modalidades:
    1º) Sistema de rango instituido: cacicatos: el jefe ejerce altas funciones y el pueblo está sometido según un sistema preestablecido. Polinesia.
    2º) Caudillaje: La jefatura se crea por el sujeto poderoso mediante una generosidad calculada que produce sumisión. Melanesia.
    En este segundo modelo el sujeto acumula cerdos, vegetales o conchas-moneda y los reparte para crearse una fama. En su entorno surge un partido de seguidores que le ofrecen sus bienes y con ellos amplía el reparto a una mayor población.
    En una primera fase el proceso se limita al círculo familiar. Adquiriendo más esposas incrementa la crianza de cerdos y gana el apoyo de nuevos parientes políticos.
    En un segundo momento ya asocia a otros a cambio de favores. Ex. pago del precio de la novia.
    Con el tiempo el jefe adquiere el poder de movilizar las economías domésticas fragmentarias, creando una economía, política y ceremonial supralocal.
    Crítica a las contradicciones del sistema:
    -Fragilidad: el vínculo súbdito-jefe exige refuerzo constante para mantener la fidelidad. La inestabilidad del sistema limita la capacidad de movilización del jefe;
    -Ruptura de la reciprocidad: para competir con los jefes rivales debe incrementar los regalos a otros grupos, aumentando la presión sobre sus seguidores y, al mismo tiempo, aplazando la devolución de los bienes recibidos de ellos. Al final, el tirano es derrocado si no modera su autoridad política.

    Un régimen distinto es el de los grandes cacicatos polinesios en Hawai, Tahiti y Tonga. (modelo 1º). Las diferencias son:
    -herencia del maná (poder sagrado) por descendencia divina (en el modelo 2º el jefe debe demostrar su magia);
    -un portavoz (funcionario, sacerdote) transmite las órdenes del príncipe (en el modelo 2º el jefe debe convencer con su oratoria);
    -el príncipe es dueño de su pueblo y riquezas sin exigencias de reciprocidad.
    Acumula igualmente recursos para ceremonias y períodos de carestía y exige prestaciones para grandes proyectos (riego, templos, guerra) pero buena parte se destina a mantener su estilo de vida ostentoso. El contraste simbólico con los súbditos provoca la aceptación de su autoridad;
    -también el despotismo genera inestabilidad política: la extensión territorial del cacicato intensifica los gastos burocráticos a cargo del pueblo. Se producen periódicas disoluciones violentas del régimen en cacicatos menores y posteriores expansiones;
    -mientras que en las bandas de cazadores recolectores hay cooperación (no comercio) y entre las tribus segmentarias el intercambio es equitativo, en el cacicato la reciprocidad equilibrada disminuye a medida que se agregan grupos locales adyacentes, transformándose en redistribución, que es la manifestación económica de la jefatura.





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  3. ¡Qué gran idea la de completar el tema para los estudiantes! A mí me hubiera gustado tener esta ayuda. Yo iba a comentar algo curioso que no encontré forma de incluir en el texto, y es que el joven que hace de protagonista en la cinta de Troell es un polinesio llamado Dayton Ka´ne, que lleva su tatuaje incluido, y del que no se hace ninguna mención en los resúmenes y comentarios de la cinta que consulté para documentarme; se habla de Mia Farrow, Jason Robards, del jovencísimo Timothy Bottom y de Max von Sydow, todos grandes estrellas, pero del joven polinesio no se dice ABSOLUTAMENTE NADA. ¿Es un silencio racista?¿O es que es muy mal actor- no he encontrado ninguna película más con él- y lo silencian? Pero, de cualquier forma, es muy significativo que no aparezca en ninguna parte del cartel anunciador - hay foto en el artículo-, como si hubieran querido silenciar el protagonista para hacer una película de grandes estrellas, típica del cine de catástrofes de los ´70.

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  4. Una hermenéutica de la sospecha muy acertada, esa que revela la ausencia del "otro", su falta de identidad y de voz propia en el mundo occidental, problemática esencial en la Antropología sobre la que todavía tenemos muchísimo que decir en este blog. Es una de las razones por las que hablamos aquí de "tinieblas en el corazón", creo yo.
    En cuanto vea la segunda versión de Huracán, comento algo más.

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  5. Ayer vi por fin Huracán, la segunda versión, y casi se trata de dos películas diferentes, pero ambas muy interesantes y muy relevantes para la historia de la Antropología. A diferencia de lo habitual en Hollywood, tan dado a forzar guiones con anacronismos, es sorprendente lo muy cuidados que están los detalles etnográficos. Eso sí : ambas películas se entienden mucho mejor con tus finísimas observaciones.

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  6. Me gustaría decir que la elaboración de las entradas de este blog es muy minuciosa. Mari Angeles y yo gastamos una enorme cantidad de tiempo y de esfuerzo en desarrollar tesis propias, y en transformar los textos antropológicos publicados, pensados generalmente para ser compartidos por la comunidad de especialistas, a un nivel divulgativo pero siempre sin renunciar al rigor científico. Por ello, estamos encantadas con que estas entradas tengan la máxima difusión, pues esa es la ilusión que nos inspira, demostrar que la antropología tiene mucho que decirnos en nuestra vida cotidiana, y no es un saber esotérico. Pero, como lógica compensación a nuestro trabajo, agradecemos que nos citen cuando se utiliza en publicaciones ajenas.

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